
Katherine se estiró, haciendo tronar los huesos de sus hombros. Le había costado, pero por fin había terminado su proyecto. Esto de trabajar desde casa no era lo suyo, estaba segura de que comenzaba a presentar síntomas de claustrofobia. Llevaban ya nueve meses en casa, saliendo solo a lo mínimo indispensable. Al inicio les había parecido genial, ¿quién no disfruta de vacacionar en casa y no preocuparse del tráfico? Pero pronto comenzó a extrañar a todos en el cuartel. A veces deseaba que los efectos de los grilletes del libro en el que había participado fueran reales, de ese modo no tendría que preocuparse por enfermar.
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